Me siento a escribir después de una larga noche y una madrugada llena de confesiones. Y por suerte puedo decir confesiones y no confusiones, hoy después de tanto tiempo, puedo observar con claridad muchas cuestiones.
Hoy es un día para analizar la complejidad, maravillarme y sorprenderme porque dentro de la simpleza que creía que tenia, conocí anoche la faceta dura de mi supuesta complejidad. No termino de asombrarme y aun me da trabajo estabilizar mis sensaciones, cuando resuena en mis oídos el recuerdo de esa frase,… sos una mujer compleja. Y sin buscar excusas por mí falta de talento para manejar una situación, que aumento mi temperatura, creo que esa verdad tan filosa como filosófica, me sirvió para reflexionar que dentro de toda mi locura y a veces mí exceso de cordura, la vida tiende a volvernos muy complejos, y el que no…que tire la primera piedra.
Ahora bien, mi complejidad… ese conjunto de hechos trascendentales, que cobran sentido a cada instante con cada uno de mis pensamientos y mis acciones, acaso tiene que ver con intentar ver con claridad que es lo que sienten y quieren las personas que me rodean y me interesan para poder hacerlas feliz?
Mi complejidad tiene que ver con hurgar un poco en el pasado para saber donde estoy parada… mi complejidad es sentir que no debo desaprovechar un minuto de vida viendo como la felicidad camina un segundo más rápido que yo, mi complejidad es quizás ser cabeza dura para entender situaciones que escapan de mi?.
La complejidad es soñar que intentarlo es el primer paso, que no es necesario sentirse atado a mostrar lo que los demás esperan, a soltar eso que tengo dentro y que oprime el pecho, a dejarlo libre con el único propósito de que mi andar sea más liviano, complejidad es asumir el reto de que todo corre bajo mi responsabilidad, que yo sola asumo en este momento los riesgos de los daños colaterales. ¿Es eso la complejidad?
Es acaso convertirse en un tamiz que filtra todo, que se asegura que no todo llegue a lo profundo, que lo vacio y sin sentido, es preferible que quede en la superficie, y que lo realmente importante se consuma hasta mi última fibra de interés y de entusiasmo, sí…. definitivamente eso debe significar ser compleja.
Decir lo que pienso con libertad, poner toda la carne al asador, apostar a todo o nada, no ser mezquina con lo que siento, querer sin culpa, disfrutar de todo con la calma que me asegura, que lo que Dios está haciendo que suceda en mi vida, tiene un propósito, que solo Él conoce… yo solo me dejo llevar y trabajo para que mi Fe del tamaño de una semilla, se vuelva el más grande y fuerte de los árboles, con raíces profundas que me fijen al suelo para no sentirme perdida, pero que además sea tan alto que me permita imaginar que puedo volar, que aunque en su desarrollo a veces sienta que crecer duele, me regale siempre la esperanza de que algún día cosechare frutos muy dulces.
Si eso es ser compleja entonces lo asumo, y no reniego de una complejidad que me mantiene VIVA…que me mantiene intensa, que me mantiene APASIONADA, que me mantiene atenta, a buscar dentro de tanto embrollo, dentro de tantos giros y vueltas… la razón última de todas las cosas, esas verdades…mis verdades que aunque cueste trabajo creerlo realmente son demasiado simples.
